Errores frecuentes en Renta

La campaña del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) supone una cita anual con Hacienda que, además, es obligatoria para muchos contribuyentes españoles
En algunas ocasiones, ya sea por desconocimiento o por exceso de confianza, porque existen dudas o prisas de última hora, es habitual cometer errores que pueden traducirse en pérdidas económicas o, peor aún, en sanciones.
Para ayudarte a evitar estos fallos, te contamos los errores más comunes al presentar la liquidación del IRPF:
- No revisar el borrador con atención
Muchos contribuyentes aceptan el borrador sin revisar si toda la información es correcta o está completa. Recuerda: ¡Hacienda no siempre dispone de todos tus datos!
- Olvidar declarar ingresos o gastos deducibles porque no constan en datos fiscales
Ingresos procedentes de trabajos ocasionales, prestaciones, alquileres no registrados, o incluso criptomonedas, deben ser declarados. Omitirlos, aunque sea por descuido, puede derivar en importantes sanciones.
- Deducciones mal aplicadas por exceso o por defecto
Aplicar deducciones a las que no se tiene derecho (por maternidad, vivienda habitual, donativos, etc.) o no aprovechar las que sí corresponden es un error común. Asegúrate de conocer bien los requisitos de cada una y, sobre todo, los que afectan a la comunidad autónoma en la que resides.
- No incluir cambios en la unidad familiar
Matrimonios, divorcios, nacimientos o fallecimientos influyen en la declaración. No actualizar tu situación familiar puede alterar tu mínimo personal y familiar, lo que afecta directamente a tu resultado.
- Equivocarse en la elección de tributación: individual o conjunta
En matrimonios y contribuyentes divorciados, conviene comparar ambas opciones antes de decidir cómo presentar la liquidación. Una simulación y una conversación a tiempo puede marcar la diferencia.
- Errores con los inmuebles y su uso
No declarar correctamente los inmuebles, ya sean propiedad o en alquiler, es muy habitual. Hay que indicar el uso, la titularidad y los ingresos generados (si los hay), así como los gastos deducibles en caso de arrendamiento. Además, es muy habitual que los datos facilitados por el catastro no sean correctos o no estén actualizados.
- Descuadres en retenciones o ingresos del trabajo
Si tus datos fiscales no coinciden con los que te ha facilitado tu empresa o pagador, puede haber un descuadre. Compara bien los importes para evitar futuras comprobaciones o requerimientos.
- No guardar justificantes el tiempo necesario
Aunque presentes tu declaración correctamente, Hacienda puede requerirte documentación en los próximos cuatro años. Conserva facturas, certificados, contratos de alquiler y cualquier justificante de deducciones.
- Presentar fuera de plazo
Parece obvio, pero cada año muchos contribuyentes presentan la declaración tarde. Las consecuencias van desde recargos hasta sanciones. Apunta la fecha límite y no lo dejes para el último día.
La declaración del IRPF no tiene por qué ser un quebradero de cabeza si se afronta con previsión y conocimiento. Revisar bien los datos, informarse y, en caso de duda, acudir a un profesional puede ahorrarte problemas y dinero. Recuerda que Hacienda pone medios a tu disposición, pero la responsabilidad última siempre es del contribuyente.
En Economistas & Asesores podemos ayudarte a que ninguno de los errores mencionados en este blog se vea reflejado en tu liquidación.